Cuando Miguel Blanco Suaña se refiere al campo habla en plural, propio de alguien de pueblo, como él. Natural de Perilla de Castro (Zamora), seguramente ahora viaje más cómodo a Madrid, a la sede de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), que cuando llegó a la secretaría general, allá por 2012. El AVE ha acortado distancias. Una utopía de la realidad, porque el campo y la ciudad cada vez están más lejos. Blanco es de esos embajadores que recortan tiempo de su familia y sus labores para llevar la bandera de lo rural donde se toman las decisiones. Hombre de verbo fácil, su mensaje es claro: “La situación es irreversible en cientos de pueblos del interior”. Leer el artículo completo |