Víctor González se crió en Guardo (Palencia), pero pasó su infancia visitando y disfrutando del pueblo de sus abuelos, Valcuende (perteneciente al municipio de Valderrueda), a 8 kilómetors de distancia de Guardo, allí pasaba las vacaciones y siempre, reconoce, le “llamó” volver. Así que hace nueve años decidió dejar su trabajo, arreglar lo que era una de las cuadras de la casa de sus abuelos y convertirla en un nuevo hogar, comenzó a criar ganado en extensivo, en una zona de ricos prados en la Montaña oriental leonesa. Al principio pocas cabezas y ahora suma ya 60 animales de la raza autóctona Parda de Montaña. Hace tres años conoció a Viviana, una uruguaya que llevaba 15 años en España y a la que la tranquilidad del pueblo llamó igual que a Víctor, juntos trabajan desde entonces en la ganadería y en atender a los animales y la huerta que les proporcionan alimento. En Valcuende, hasta el pasado 7 de abril, vivían Víctor, Viviana, Carmina y el alcalde pedáneo, Miguel. No había habido ningún bebé desde 1956. Pero ese día, el calendario que marca el número de años sin nacimientos que llevan muchos pueblos del medio rural, se paró porque llegó el pequeño Iván, un bebé sano de casi cuatro kilos que nació en el Hospital de León. Lo hizo en medio de una pandemia y, por eso, no han “podido llevarle al pediatra y la atención se hace por teléfono”, asegura su padre Víctor González, pero “evoluciona bien” tanto el pequeño como su madre. Leer el artículo completo |